lunes, 1 de junio de 2015

La exploración petrolera en México

LA EXPLORACIÓN PETROLERA EN MÉXICO


La industria petrolera, propiamente dicha, inició en nuestro país en 1904, cuando se realizó el primer descubrimiento comercial en el pozo La Pez-1, en San Luis Potosí,  con una producción de 1,500 barriles de petróleo por día, a una profundidad de 503 metros.
Aunque la exploración petrolera en México inició tiempo antes, a finales del siglo XIX, éste fue el primer pozo realmente comercial que se perforó; desde entonces, ha habido una gran evolución en los métodos y tecnologías que se emplean para evaluar el potencial petrolero de las cuencas sedimentarias de nuestro país.
La exploración petrolera en las cuencas sedimentarias, de acuerdo con Petróleos Mexicanos, se lleva a cabo con el fin de identificar la presencia y eficiencia de los elementos y procesos geológicos que conforman el sistema petrolero activo. Posteriormente, con el conocimiento de estos elementos e información adicional, se estiman sus recursos prospectivos (parte recuperable de los volúmenes de hidrocarburos aún por descubrir.), que a su vez pueden ser transformados en reservas a través de la perforación de pozos exploratorios,  contribuyendo a la restitución de las reservas que son extraídas.
Principales etapas de la exploración
El tamaño de las cuencas es de miles de kilómetros cuadrados, es por esto que las exploraciones se llevan a cabo bajo los parámetros de un macroproceso, de esta manera se cumple el propósito de ordenar y optimizar las inversiones para esta actividad. Las primes tres etapas, que conforman el negocio de exploración,  son: la evaluación del potencial petrolero, la incorporación de reservas y la delimitación de yacimientos.
Durante la evaluación del potencial petrolero se identifican, mapean y jerarquizan las áreas donde existan mayores probabilidades de encontrar acumulaciones comerciales de hidrocarburos en el subsuelo. Para esto es necesario realizar estudios de geología superficial, geoquímica, gravimetría y magnetometría así como sísmica 2D, y los especialistas, además de estimar el potencial petrolero, identifican plays y proponen prospectos para su perforación con el objetivo de comprobar dicho potencial.
La etapa siguiente, con base en los procesos de Pemex, es la incorporación de reservas, que tiene la finalidad de descubrir reservas de hidrocarburos a partir de la identificación, jerarquización y perforación de oportunidades exploratorias que son detectadas por los geocientíficos con el apoyo de modelos geológicos construidos a partir de la información de pozos perforados e información sísmica 2D y 3D.
En la tercera etapa de dicho proceso se realiza la delimitación de yacimientos, dando certeza a los volúmenes de reservas descubiertas mediante un análisis de la geometría y propiedades estáticas y dinámicas de los yacimientos. Esto hace posible que los científicos que participan en el proceso puedan conceptualizar con mayor grado de confianza su desarrollo y futuras exploraciones.

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